“Son fondos que provienen de depositantes del exterior y se suman a los recursos que destinó el Estado Nacional para multiplicar la actividad económica”, explicó la presidenta del BNA, Silvina Batakis.
Con el objetivo de facilitar el intercambio comercial y estimular la producción de bienes y servicios en todo el país, el Banco Nación invirtió -el año pasado- casi 200 millones de dólares para financiar importaciones de insumos necesarios para la actividad industrial de miles de pequeñas, medianas y grandes empresas de la Argentina.
La presidenta del BNA, Silvina Batakis, destacó el hecho de que la financiación de
importaciones para apoyar la actividad productiva de unas 3000 empresas de todo el país se realizó “con fondos provenientes de depósitos realizados en nuestras sucursales del exterior por personas que confían en la operatoria del Banco Nación”.
Batakis especificó que el fondeo para estas operaciones se estructuró a través de las Filiales que la entidad posee en Nueva York, Miami, Madrid y Montevideo y se suma a los aportes que realizó el Estado Nacional. “A través de esta herramienta financiera, el BNA cumple con su objetivo de aportar y generar nuevos recursos que permitan apalancar las importaciones y exportaciones argentinas”, acotó la presidenta.
“Esta iniciativa es parte del constante apoyo del Banco a las empresas argentinas y el estímulo para fortalecer su inserción en el mundo”, agregó.
La Línea de “Financiación de Importaciones” es una asistencia crediticia que se otorga para efectuar la compra de bienes sin uso en el exterior, con el apoyo de hasta el 100% del valor FOB, CFR o CIF o sus equivalentes para otros medios de transporte de la mercadería a importar, por un plazo de hasta 360 días.
La operación se puede instrumentar por medio de crédito documentario o cobranza de
importación, y/o transferencia al exterior.
En relación con el estímulo al comercio exterior, el BNA participa además del “Programa de Reducción de Costos Logísticos Estratégicos dela Embajada Argentina en Brasil”, que permite acceder a las empresas nacionales a beneficios que mejoran sus condiciones de competencia en los mercados internacionales.
También ayuda a destrabar situaciones vinculados con la logística y distribución de
productos en el exterior, posibilitando operar con cantidades mínimas de orden,
acondicionar el producto en destino, evitar distribuciones que encarecen los productos y postergar el pago de derechos hasta que se efectivice la venta.