TGS es el lugar donde nacen las Hilux y Land Cruiser sin turbos ni electrónica. Son los vehículos que intervienen en las crisis humanitarias.
Parecen como si fueran Storm Troopers, aunque la analogía militar no es acertada en este caso. Son filas y columnas sin fin de vehículos de Toyota, cada uno pintado en un color blanco, prístino. Sin embargo, estos “Storm Troopers” escondidos bajo tierra, en un bunker secreto, están armados sólo con la implacable confiabilidad y robustez inmbatible de los últimos Toyota analógicos.
¿Esa Land Cruiser blanca que viste anoche en el noticiero? Tiene grandes chances de que haya nacido en este taller. ¿Los vehículos perforados a balazos, en zonas de guerra, lugares de desastres humanitarios y proyectos para el desarrollo del Tercer Mundo? Una vez llamaron a este lugar “nuestro hogar”.
Cerca de 650 vehículos -más específicamente, 650 Toyota blancos- salen cada mes de esta fábrica bajo tierra con destino a las zonas más calientes (en términos políticos y catastróficos) del planeta. Bienvenidos a Toyota Gibraltar Stockholdings (TGS), la fábrica de autos más inusual del mundo.
“Nosotros no los vemos como simples autos”, dice el responsable de TGS, Jonathan Gourlay. “Les estamos dando a nuestros clientes una herramienta para que hagan su trabajo, ya sea alimentar a niños hambrientos o entregar medicinas”.
Muchos como yo tal vez piensen que una Toyota Land Cruiser Series 70 es un vehículo muy cool y sueñen con tener una en su garage, pero el tema cool no juega ningún rol aquí. Hablamos de un transporte, en su más básica definición. La simplicidad, la capacidad y la confiabilidad son los valores que se encuentran por encima de cualquier otro en TGS.
“Si uno analiza el mercado de hace 25 años, existían varios jugadores en este mercado”, recuerda Gourlay. “Había vehículos similares de Land Rover, Nissan y Mitsubishi. Pero, de manera gradual, todos ellos decidieron poner el foco en fabricar vehículos para el ‘Primer Mundo’, como son los mercados de Europa y América del Norte. Toyota es la única que todavía fabrica vehículos con motores 4.2 diesel, sin turbo. Tal vez no puedas patentarlo en Europa, por las normativas de emisiones, pero nunca se rompe y cualquier mecánico puede repararlo con una caja de herramientas, porque no tiene ningún tipo de electrónica. No se necesitan herramientas de diagnóstico. Sólo tenés que saber cómo funciona un motor”, agrega Gourlay.
La economía de escala tiene una importancia fundamental en esta historia. Toyota puede justificar la fabricación de vehículos simples y robustos, como el Series 70, mientras exista un mercado (no sólo la ONU compra estos diseños de hace 40 años, también los campesinos de Australia y los safaris africanos tienen su participación). Cuando otros abandonan un mercado, Toyota parece empeñarse más aún en sostenerlo. Lo mismo ocurre con Toyota Gibraltar Stockholdings. Estos talleres existen desde hace más de 30 años y solían tener rivales de peso. Pero, con el tiempo, esta filial en la boca del Mar Mediterráneo, logró ganar una posición dominante. Acá es donde la ONU, las ONGs, las agencias de ayuda internacional y los gobiernos acuden a comprar sus vehículos.
La geografía juega un rol fundamental. Gibraltar es un buen centro de distribución. Es posible que los impuestos y las normativas de este territorio también tengan su parte. Los vehículos salen de estos talleres directo al puerto, donde embarcan con destino al país que los necesite. Toyota asegura que ofrece precios preferenciales para los organismos reconocidos por las Naciones Unidas.
Pero entonces, ¿por qué no se envían desde sus fábricas originales directo a esos lugares? ¿Por qué tienen que pasar por los talleres de Gibraltar? Es porque en Gibraltar se realizan las modificaciones que los convierte en verdaderos Storm Troopers. En los playones subterráneos de este bunker hay unas mil unidades listas para ser transformadas. Se las carga en elevadores y se las lleva hasta el último subsuelo, donde se realiza la transformación. Es una línea de montaje casi claustrofóbica. En ese lugar se instalan las barras de protección delanteras, las radios, los malacates, los paquetes de repuestos, los neumáticos off-road y los kits para terrenos complicados.
Unas 100 horas de trabajo pueden convertir a una Hiace, una Land Cruiser o una Hilux en una biblioteca ambulante, un laboratorio sobre ruedas, una prisión o una ambulancia completamente operativa.
Las ambulancias de Toyota fueron los primeros vehículos en ser enviados a Ucrania, cuando comenzó la guerra con Rusia. “Algunas organizaciones, como Médicos Sin Fronteras, van directo a las zonas de conflicto”, explica Gourlay. “Pero antes de que nos pidan cualquier especificación, nosotros ya estamos al tanto de lo que ocurre, ya hablamos con Japón y ya están listos para anticiparnos una producción de Series 70 para nosotros”.
¿Por qué utilizan las Land Cruiser como ambulancias, en lugar de las Hiace? “En las zonas de guerra, las rutas y los puentes son los primeros en ser borrados del mapa. Así que, en pocas horas, puede resultar imposible moverse con una ambulancia convencional. Necesitás algo que pueda encarar este tipo de terrenos. Sólo en los primeros tres meses de guerra en Ucrania enviamos 300 vehículos para esa zona”.
Los cambios de planes pueden ser rápidos. Durante la epidemia del Ébola de 2014, en Sierra Leona, TGS eliminó sus canales habituales de distribución y cargó los vehículos de manera directa en barcos de la Royal Navy, en Gibraltar. Todos estos Toyota están preparados para ser izados por helicópteros.
La logística de esta fábrica es un desafío cotidiano. Al momento de realizar esta nota, había 800 vehículos en camino con destino a 85 países diferentes. Las notificaciones, actualizaciones de situación, alertas por email, rastreo y entrega pueden variar desde un puerto en el Amazonas hasta un desierto en África, pasando por varias zonas de conflictos armados.
La configuración de cada pedido también es un dolor de cabeza. No es lo mismo una Hilux para Tanzania que una van para una zona de desastre humanitario o una pick-up para desmontar campos minados en Medio Oriente. Sin embargo, existe un límite claro entre lo que TGS puede ofrecer y lo que no. Podés comprar vehículos con protección antibala, pero no con armamentos. La ONU certifica como proveedores sólo a organizaciones que intentan mantener la paz, no avala vehículos de ataque.
Todos los vehículos que salen de TGS tienen garantía de fábrica, servicio de postventa y hasta capacitación para los conductores. Después de todo, ¿qué sentido tiene enviar una Land Cruiser a la otra punta del planeta si nadie sabrá cómo operarla?
Valérian Lemoine es responsable del programa de entrenamiento de conductores de TGS: “Enseñamos todo, incluso lo más básico. Desde el uso del embrague y la caja de cambios hasta nociones básicas de mantenimiento, con el objetivo principal de brindarle seguridad al conductor, los pasajeros y su entorno. Si le vas a dar a alguien un vehículo de 2.5 toneladas es bueno asegurarse de que sabrá cómo manejarlo. Además, las organizaciones que compran estos vehículos saben que son el rostro de sus proyectos. Nadie quiere verse expuesto a situaciones de manejos irresponsables”.
Valérian solía trabajar para Médicos Sin Fronteras, que cuenta con una flota de casi 5.000 vehículos en todo el mundo. La propia ONU se encargó de brindar asesoramiento a TGS con el objetivo de difundir su mensaje de “Safety Roads”.
Jonathan Gourlay me lleva en un tour por los talleres de varios pisos bajo tierra en Gibraltar. Los vehículos tienen un aspecto tan básico que resulta inaudito para un 0km moderno: levantavidrios con manivela, cierres de puertas con llaves, comandos austeros. Los kits que se instalan son tan sólidos como rústicos: “Instalamos equipos de radios Codan, como las que se veían en Vietnam. Parecen vetustas, pero la ONU y las ONG todavía las usan, porque son confiables y tienen un gran alcance. Muchos se preguntarán: ‘¿Por qué no usan teléfonos celulares o satelitales?’ En esas zonas no hay cobertura de telefonía y los satelitales son demasiado costosos, frágiles y complejos de operar. Si hablamos de una zona con Golpe de Estado, lo primero que deja de operar es la red de telefonía móvil. Pero si tenés un equipo de alta frecuencia, todavía podés comunicarte”.
La tecnología puede parecer obsoleta, en función de la perspectiva de cada uno. En Gibraltar escucharon decenas de historias de personas de buen corazón, realizando donaciones de vehículos a África. Esos vehículos con motores Euro VI, lamentablemente, no pueden funcionar con el combustible que se consigue en la mayor parte del planeta. Ahí es donde se vuelve imprescindible, una vez más, la mecánica analógica.
Conseguí que me prestaran para manejar por las calles de Gibraltar una de estas Land Cruiser. No son nada sofisticadas ni confortables. La dirección necesita brazos fuertes, el andar es durísimo y el ruido del motor diesel es crudo, molesto y vibrante. “Algunas agencias gubernamentales saben que estos Land Cruiser pueden incluso causar una fuerte impresión en ciertos lugares. Por eso, hace un tiempo comenzamos a adaptar también algunos Corolla y Rav4, para brindar una impresión menos chocante en las calles de algunos lugares de conflicto”.
Olvidemos por un segundo los números de la logística de TGS. Pensemos en lo que representaría una Land Cruiser blanca con emblemas de la ONU, circulando por las calles de tu ciudad. Algunos verán sólo un Toyota, pero en muchas partes del mundo el arribo de esos vehículos blancos también significará esperanza, salvación, medicina, comunicación, educación, alimento y alivio. Es una señal de ayuda. Un Toyota blanco (Código de Pintura 058) es un símbolo de que las cosas pueden mejorar. Y si ese no es un rol que valga la pena jugar para un auto, no se me ocurre qué otra cosa podría serlo.
O.M. / M.R.
* Nota publicada originalmente en la Revista Top Gear.