Desde 1935, todos los 18 de mayo en Argentina se celebra el Día de la Escarapela. Instituida por el Consejo Nacional de Educación, la fecha rinde homenaje a la insignia creada por el General Manuel Belgrano. La escarapela, junto al himno y la bandera, es uno de nuestros símbolos patrios más representativos.
El 13 de febrero de 1812, Manuel Belgrano propuso la creación de una escarapela nacional que unificara los distintos distintivos de los cuerpos del ejército revolucionario, con el objetivo de distinguirse del enemigo y fomentar la unidad nacional.
Pocos días después, el 18 de febrero, el Triunvirato aprobó el uso de la escarapela de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de color celeste y blanca. Estos colores provenían de los colores de la Casa de Borbón y del rey ausente Fernando VII de España, quien se encontraba cautivo por Napoleón Bonaparte.
Una semana más tarde, el 27 de febrero de 1812, Belgrano le informó al Triunvirato que “siendo preciso enarbolar la bandera, y no teniéndola, la mandé hacer celeste y blanca, conforme a los colores de la escarapela nacional” que había creado él mismo días antes.
Desde entonces, los argentinos y argentinas utilizamos esta insignia del lado izquierdo del pecho durante toda la Semana de Mayo (del 18 al 25) y en algunas fechas patrias, como son el Día de la Bandera (20 de junio) y el Día de la Independencia (9 de julio).