Policías federales capturaron el fin de semana a seis sospechosos luego de cuatro meses de investigación en el Gran Mendoza. También incautaron armas, municiones y vehículos.
La investigación nació en febrero, cuando efectivos de la Brigada de la División Unidad Operativa de la Policía Federal de Mendoza detectaron a un hombre realizando maniobras de narcomenudeo, los típicos pases de mano, mientras desplegaban tareas operativas en un barrio conflictivo del Gran Mendoza.
Cuatro meses después, con tareas de campo que incluyeron marcaciones de domicilios e identificación de personas, terminaron secuestrando entre este viernes y sábado más de 16 kilos de cocaína y detuvieron a seis sospechosos. Además, dieron con 600.000 pesos que serían producto de la comercialización de los estupefacientes, dólares, pesos chilenos, armas y vehículos.
La reconstrucción sostiene que la operación fue bautizada “Papa blanca” y tuvo su inicio cuando los policías capturaron a este sospechoso de vender droga fraccionada en pequeñas cantidades en un complejo de Las Heras.
Esto permitió comenzar una investigación paralela porque sospechaban que estaban frente a una red de comercio de drogas más importante, ya que detectaron que otros personajes se dedicaban al traslado, acopio y distribución del polvo blanco en grandes cantidades en el citado y otro departamento, Guaymallén.
Una vez profundizada la pesquisa, el Juzgado Federal Nº3, a cargo de Marcelo Garnica, autorizó las medidas para avanzar sobre secuestros de elementos de importancia para la causa y detenciones.
En las primeras semanas, los policías federales individualizaron a seis sospechosos de participar en las maniobras delictivas. Uno de ellos fue marcado como el jefe de la banda: a través de diversas pruebas, comprobaron que proveía la droga a otros integrantes de la organización para su fraccionamiento y estos, a su vez, comenzaban con el narcomenudeo en diversas viviendas.
El primer secuestro de drogas y dinero con un detenido fue el viernes.
Desde el comienzo, el objetivo de los investigadores fue determinar el rol que tenía cada miembro de la estructura narco. Así fue que supieron que el hombre con mayor poder se reunía con sus hombres de confianza para definir cómo iba a ser el traslado de la sustancia desde el norte del país (la mayoría de la cocaína que lleva a la Argentina se produce en Bolivia y Perú) y a dónde iba a “enfriar” el cargamento.
Una vez definidos los pasos a seguir, la banda comenzaba con la distribución en los distintos puntos de comercialización, los llamados “quiosquitos” para la venta en pequeñas cantidades.
Cuando las labores policiales de la operación Papa blanca se encontraban en sus últimos pasos, se supo que el líder de la banda iba a realizar una transacción narco en un punto específico del Gran Mendoza el viernes 30 de junio a la tarde (fuentes consultadas por El Sol pidieron que no se revelaran lugares específicos porque la investigación no está terminada).
De esta forma, confeccionaron un operativo para sorprender el hombre marcado. Sabían que se movía en un vehículo determinado y esperaron pacientes a que arribara. Una vez detectado, procedieron a su captura. Al momento de su detención, detectaron que transportaba más de dos kilos de cocaína, dinero en efectivo y documentación importante para la causa.
Consumada la captura, el juez Garnica autorizó ocho allanamientos para el sábado 1 de este mes durante la madrugada. Las medidas fueron exitosas: permitieron la captura de otras cinco personas señaladas como integrantes de la banda –uno quedó con detención domiciliaria- y la incautación de otros 14 kilos de cocaína, un kilo y medio de marihuana y hojas de coca.
Las fuentes destacaron que la droga secuestrada alcanza en el mercado los 40 millones de pesos. Y explicaron que secuestraron teléfonos celulares, cuatro armas de fuego y 250 municiones de distinto calibre.