Tendrá 6 años de prisión y 10 de inhabilitación para conducir.
La Corte de Mendoza corrigió un fallo en un accidente de tránsito donde murieron dos niños, y el tribunal bajó la pena contra el autor, y ya podrá salir en libertad.
La nueva pena de 6 años de prisión y 10 de inhabilitación para conducir para José Caccia, quien antes había sido condenado a 10 años porque se había calificado el hecho como un homicidio simple.
Ahora, tal como suele suceder en estos casos, se consideró el hecho como un homicidio culposo, es decir, involuntario.
Tras el fallo de la Sala Penal de la Suprema Corte que reencuadró la situación del condenado, un tribunal determinó esa sanción. Se trata del máximo previsto por la ley y lo solicitado por el Ministerio Público Fiscal.
Por haber cumplido ya más de dos tercios de la pena, Caccia podrá acceder a la libertad condicional luego de presentar informes de conducta del servicio penitenciario e informes periciales.
Un tribunal colegiado integrado por los jueces Rafael Escot, Eduardo Brandi y Mauro Perassi emitió una nueva pena de 6 años de prisión y otros 10 de inhabilitación para conducir contra José Caccia en la causa que juzga los hechos conocidos como “tragedia de la Costanera”, ocurridos en diciembre de 2018 y donde perdieran la vida los hermanos Agustín (7) y Abril (3) Kruk.
Esta instancia tuvo lugar tras el fallo de la Sala Penal de la Suprema Corte de Justicia que reencuadró penalmente la situación del conductor Caccia, quien había sido condenado a 10 años de prisión por homicidio simple con dolo eventual. Tras un recurso presentado por su defensa, el Máximo Tribunal de Justicia de la provincia determinó que la pena debe ser determinada bajo el encuadre penal de “homicidio culposo”.
La nueva pena coincide con lo que, ajustados al fallo de la Corte, solicitó el Ministerio Público Fiscal. La defensa había pedido 3 años de prisión. Hablaron los padres y el condenado pidió “perdón”.
De esta forma, y tras haber cumplido más de dos tercios de la pena fijada, José Caccia realizará los trámites de rigor del circuito penitenciario para para acceder a la modalidad de libertad condicional. Para que esto suceda, el tribunal solicitó al Servicio penitenciario que expida informes de conducta y comportamiento y un informe pericial acerca de las condiciones de reinserción social del condenado.
Qué dijeron los padres:
“Me condenaron perpetuamente”
Carla Pagliaricci tomó la palabra para decir que si bien no había forma de encontrar alivio “la condena que había recibido era de alguna forma ejemplar; como madre no comprendo por qué lo revirtieron”. Tras relatar crudamente el desenlace de los hechos y lo vivido con sus hijos Agustín y Abril en sus últimos minutos de vida, señaló: “me condenaron perpetuamente. Todo lo que viví con mis hijos muriendo en brazos son imágenes que me torturan al día de hoy. Salí a tomar la merienda a una plaza con mis hijos y volvía a mi casa a la semana y sin ganas de vivir. Me siento enojada, vacía y muy triste; estoy descreída de la justicia”.
Sobre la situación procesal de Caccia llegada esta instancia, la madre de los pequeños dijo: “quien mató a mis hijos estará pronto a diez cuadras de mi casa. Necesito un alivio, algo de paz. Quiero descansar y que mis hijos descansen”.
“Caccia podrá abrazar a sus hijos; nosotros seguimos abrazando un puente”
A su turno, Miguel Ángel Kruk (padre de las víctimas fatales) lamentó que Caccia jamás haya pedido perdón: “en 4 años no levantó nunca la mirada para decirnos “perdón familia, me equivoqué”. Kruk explicó que tras los hechos que terminaron con la vida de sus hijos presentó proyectos de ley en la legislatura y señaló que “aunque seguimos luchando, el daño está hecho de por vida”. Al referirse al ya Condenado José Caccia, dijo: “tiene hijos de la edad que tenían los míos. Es probable que él pueda volver a su casa, abrazarlos y hasta darle los regalos de reyes. Nosotros seguimos abrazando un puente. Lamentablemente ya somos muertos en vida”.
El pedido de las partes y la palabra de Caccia
El abogado defensor Carlos Moyano puntualizó en algunos de los argumentos principales sobre los que presentó el recurso de queja ante la Suprema Corte. Así, comenzó recordando que en el debate no se había pedido la pena máxima prevista. Al referirse a los hechos indicó que Caccia no iba a exceso de velocidad, que asistió a las víctimas y que no cruzó un semáforo en rojo. Recordó además que en el incidente hubo otros involucrados: un conductor alcoholizado y un camión que cortó el paso sobre Costanera.
Moyano también hizo referencia a las responsabilidades del Estado, señalando –entre otros puntos- que, de haber habido Revisión Técnica Obligatoria, el auto conducido por Caccia no podría haber estado circulando. En ese sentido aclaró que su defendido tenía un auto viejo porque contaba con escasos recursos, pero que el vehículo frenaba.
De esta forma, había solicitado 3 años de prisión o una pena en subsidio por el tiempo que ya lleva cumplido.
Tras las palabras de su asesor letrado, muy brevemente José Caccia dijo: “pido perdón, soy padre y entiendo su dolor. Pido perdón”.
En tanto la fiscalía había solicitado que el tribunal se ajustara una nueva pena prevista en el máximo que dispone el nuevo encuadre indicado en el fallo de la Corte, lo que finalmente ocurrió. El Fiscal de Tránsito Fernando Giunta mantuvo la misma tesitura que en el debate: “antes de causar la muerte de los pequeños, Caccia sabía que manejaba un vehículo en mal estado, sabía que no tenía seguro, que tenía visión monocular, que conducía por encima de la máxima permitida. Las edades de los niños, que tenían toda una vida por delante y las lesiones graves ocasionadas a la madre deben ser tenidas en cuenta como agravantes. Solicitamos 6 años de prisión y 10 de inhabilitación para conducir”, dijo.