El resultado describe a Cambia Mendoza como el único perdedor cómodo, es un mérito que sería injusto no reconocerselo al separatista.
Su ambición desmedida logró que pasara desapercibido en la ciudad de las luces, donde residen sus jefes políticos y de campaña.
También sus trampas en las alianzas políticas provinciales hicieron que lo odiaran propios y ajenos.
Ahora, estará nervioso y acorralado sabiendo que tendrá que rendir cuentas a los mendocinos, que como él bien describe, no son tontos a la hora de votar, sobre las deudas en las que sumergió a Mendoza, a pesar del permanente auxilio económico con el que fue asistido el ejecutivo provincial, por el gobierno nacional.
La mentira tiene patas cortas, Cornejo también. En el cuarto oscuro los mendocinos comenzaron a hacer justicia. Votaron DERECHOS y NO DERECHA.
Por Luis Cristofoletti
