La profesional había recibido una condena de un año de prisión en suspenso y 8 meses de inhabilitación, por maniobras irregulares. No obstante, Mónica Pereyra, frecuentada por muchos vendedores de automotores, seguía ejerciendo su profesión y firmando documentación que validaba.
El procedimiento fue ordenado por el fiscal Iván Ábalos se llevó a cabo en el estudio ubicado en 9 de Julio 412 cuando personal de Investigaciones allanó las instalaciones y secuestró un CPU, tres pendrives, un celular y documentación respaldatoria. Además por orden del fiscal detuvo a la profesional que quedó a disposición de la Justicia.
Pereyra no habría escuchado la condena y continuó con su actividad, denunciada por terceros.
Pereyra en diciembre del año pasado aceptó ser culpable en tres hechos que ocurrieron entre el 2018 y 2019 cuando certificó firmas truchas y perjudicó a quienes estaban involucrados en algunas operaciones.
En la primera perjudicó a un hombre al que le secuestraron un vehículo, en la segunda a los herederos de una mujer fallecida a la que le dibujaron la firma para hacer una transferencia de un automotor y en el tercer hecho fue estafado un reconocido empresario que recibió una propiedad a través de un documento de permuta en el que se certificó la firma de un cesionario que ya había muerto y se acusó a la víctima por usurpación del bien inmueble.
