Enrique Pescarmona en problemas

La poderosa IMPSA en cesación de pagos

El Grupo Pescarmona,  una de las empresas más emblemáticas de la Argentina, especialmente en el rubro obra pública, anunció en una nota a la bolsa de Buenos Aires que pospone todas sus obligaciones financieras. Una deuda del gobierno venezolano condenó a la compañía mendocina y ahora deja un pasivo de 1.200 millones de dólares.

Las posibles salidas financieras no llegaron a concretarse. La más importante de todas, como un salvataje del gobierno a cambio de un porcentaje de la empresa, se terminó de caer anoche. El déficit fiscal no permite salvar del default a una de las empresas líderes en el mundo en la fabricación de turbinas. Uno de sus principales clientes, la venezolana Venti SA, se quedó sin dólares para pagarle. A Venti, a su vez, el gobierno venezolano le debe US$ 500 millones de una obra hidroeléctrica.

Pescarmona salió a buscar asistencia financiera para cumplir con sus deudas en pesos y en dólares. Pero el default del país a fin de julio lo dejó sin crédito para su filial brasileña, la primera en caer en cesación de pagos. Con un vencimiento importante esta semana, el grupo decidió posponer el pago del total de sus obligaciones.

IMPSA (Industrias Metalúrgicas Pescarmona), con 8.000 empleados en el mundo y 3.500 en la Argentina, también es proveedora de industrias vinculadas a desarrollos de petróleo y gas, así como compañías de losrubros petroquímico, químico y de fertilizantes.

Además de la Argentina, tiene unidades de negocios en los EEUU, Canadá, Brasil, China, Colombia, Perú, Chile, Ecuador, India, Sudáfrica, Malasia y Vietnam.

Entre las obras en ejecución de parte de IMPSA, figura la central de Tocoma, en Venezuela, por la que el gobierno de Nicolás Maduro aún adeuda un monto considerable. También la crisis golpea a los negocios en Brasil, que atraviesa una recesión: allí opera WPE (Wind Power Energy), creada por Venti Luxemburgo, vinculada a IMPSA.

El viernes, la agencia especializada Bloomberg  había informado que Pescarmona, dueño de la empresa, se entrevistó el miércoles de la semana pasada con funcionarios del Gobierno para discutir sobre una posible ayuda oficial. Además, Pescarmona se había reunido con la presidente Cristina Kirchner a fines de agosto.

Crédito externo inaccesible

El presidente del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), Guillermo Rimoldi, indicó la semana pasada que a las compañías argentinas «se les cortó el crédito en el exterior» por la persistencia del default selectivo a partir del 30 de julio.

Rimoldi comentó que en el exterior argumentan que «no es un problema de riesgo-compañía, si no de riesgo país, porque el país está en una situación de cuasi default». Añadió que «los bancos recortan la posibilidad de tomar deuda».

La empresa de parques eólicos Industrias Metalúrgicas Pescarmona (Impsa) no pudo convencer a los inversores de que compraran su deuda ni siquiera con rendimientos 99% más altos que títulos comparables a nivel global.

Impsa abandonó una venta en el exterior de bonos a cinco años porque no pudo reunir suficientes compradores a un rendimiento del 11,25%, según la vocera Carla Paira. El interés que ofrecía la empresa era superior a 231 de 233 pagarés con calificación similar que vencen en 2018, según Bloomberg.

Los precios de la deuda de Impsa con vencimiento en 2020 se desplomaron 4,7 centavos por dólar hasta 86,26, el nivel más bajo desde el 10 de enero.

Barclays, Banco Bradesco y UBS habían organizado reuniones con inversores entre el 29 de abril y el 1 de mayo en Los Angeles, Suiza, Santiago, Nueva York, Londres y Miami. Los bonos serían vendidos por la subsidiaria WPE International Cooperatief UA de Impsa.

Pero los inversores exigieron rendimientos de 11,5% a 11,75%, unos 1,6 puntos porcentuales menos que el rendimiento de ayer, de 13,35% para los bonos 2020.

Impsa se suma a YPF y al resto de los emisores argentinos que no han podido vender deuda a nivel internacional desde mayo de 2012, después de la incautación de la participación de la española Repsol en la petrolera. Además, preocupa a los inversores el juicio del país con los holdouts, que podría derivar en una segunda cesación de pagos.

Las empresas argentinas enfrentan el doble del promedio de los costos de financiamiento de los mercados emergentes y se pierden del aumento de la demanda por esta deuda.

La venta de Impsa también falló debido a que la empresa dijo que le sería difícil trasladarse a Brasil, donde obtiene 45% de las ventas y donde estaría menos expuesta al riesgo argentino, dijo MainFirst Schweiz AG.

Falta un disparador positivo para mejorar el negocio, dijo Dorothea Froehlich, de MainFirst, a Bloomberg. La gira no fue muy convincente. No pudieron presentar una perspectiva muy clara de su actividad. El modelo empresarial genera dudas.
Impsa dependerá ahora del financiamiento del mercado local de bonos, u$s 90 millones en líneas de crédito de bancos comerciales en Brasil y Argentina y fondos de organizaciones multilaterales.

(Fuentes: TN, Infobae, El Cronista, Bloomberg)

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