Miércoles 22 de Enero de 2025

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NACIONALES

Un festival solidario y un encuentro en la tribuna del Luna Park: el día en que comenzó el romance entre Evita y Perón

El 22 de enero de 1944, una semana después de que un terremoto destruyera la ciudad de San Juan, Juan Domingo Perón, en su condición de Secretario de Trabajo y Previsión, organizó una colecta para recaudar fondos para las víctimas de la catástrofe. Entre los invitados, estaba una joven actriz llamada Eva María Duarte, quien se las ingenió para sentarse al lado del funcionario que dos años después se convertiría en presidente

>A las 20:49 del sábado 15 de enero de 1944 la ciudad de San Juan sufrió un sismo de 7,4 en la escala Richter y 9 en la Mercalli. Su epicentro se localizó veinte kilómetros al norte, en proximidades de La Laja y ocurrió en la hora que la gente salía del cine, se reunía en cafés y las mujeres se preparaban para ir a ver los casamientos en la Inmaculada Concepción de María. Murieron alrededor de diez mil personas y miles perdieron todo, en una ciudad que quedó sumida en escombros. Desaparecieron el 90% de las casas -la mayoría de adobe- los edificios públicos, fábricas y talleres.

 

El país se movilizó. Juan Domingo Perón, en su condición de Secretario de Trabajo y Previsión, organizó un operativo para recaudar fondos y recibir donaciones para los damnificados. Lo anunció por cadena nacional al día siguiente de la tragedia. Los sanjuaninos comenzaron a recibir donaciones de ropa, alimentos y medicamentos con el rótulo de esa dependencia de gobierno que había creado en noviembre de 1943.

Se planeó un festival solidario en el Luna Park para el sábado 22. No sabría Perón que allí comenzaría el romance con al amor de su vida.

Homero Manzi las hizo ingresar y fingió no ver que las mujeres tenían ubicaciones en la fila 15, muy lejos de las autoridades. Según lo que relató Roberto Galán, que fue el presentador del festival, él les allanó el camino al sector de butacas que ocupaban las figuras del gobierno nacional. Y cuando el vicepresidente Edelmiro J. Farrell, en primera fila, se levantó para irse, Galán le indicó a Eva que ése era su asiento. Al lado de Perón. Otra versión indica que cuando los números artísticos estaban llegando a su fin, fue el coronel Aníbal Francisco Imbert, un amigo íntimo de Perón, quien le presentó a Eva, y la rapidez de reflejos de Domingo Mercante, al ver el asiento libre, hizo que la ubicasen junto al Secretario de Trabajo y Previsión.

Perón era viudo. El 5 de enero de 1929 se había casado con María Aurelia Tizón. Maestra y concertista de guitarra, en la familia le decían “Potota”, porque así ella pronunciaba la palabra “preciosa” cuando era niña. Asistía a su marido en la preparación de las clases en la Escuela Superior de Guerra y lo acompañó a Chile cuando fue nombrado agregado militar en la embajada argentina a aquel país. Para entonces Aurelia ya sufría cáncer de útero y falleció el 10 de septiembre de 1938. No tuvieron hijos.

 

Un poco para distraerlo, lo mandaron a Europa, en los prolegómenos de la Segunda Guerra Mundial. En julio de 1939, en la embajada argentina en Roma conoció a la italiana Giuliana dei Fiori. Estuvieron juntos hasta que a él le ordenaron regresar a Buenos Aires. No se sabe por qué ella no quiso acompañarlo. Años después, Perón contó que cuando se despidieron en España, estaba seguro de que estaba embarazada. En 1970 le encargó al empresario Jorge Antonio ubicarla. Revolvió cielo y tierra. Nadie sabe qué ocurrió con ella.

 

El terremoto de San Juan también fue bisagra para ella. Cuando ocurrió la tragedia, María Cecilia viajó a Mendoza, porque quería estar junto a los suyos, ya que tenían familiares en San Juan. No imaginó lo que ocurriría a su regreso.

Se casaron el lunes 22 de octubre de 1945. “Ya está, chicas, lo pesqué. Nos acabamos de casar”, les dijo eufórica a sus hermanas por teléfono. Unos dicen que el enlace fue en el departamento de Posadas y otros que fue en la escribanía Ordiales, en la calle Arias 171 de Junín, con Domingo Mercante y Juan Ramón Duarte, hermano mayor de la novia, como testigos. Fueron días en los que pasó de todo. Desde la renuncia de Perón a todos sus cargos, su idea de dejar todo y radicarse en el sur hasta la movilización del 17 de octubre.

La ceremonia religiosa fue planeada para el 29 de noviembre en la Iglesia San Francisco de Asís, en la calle 12, entre 68 y 69 en La Plata. Evita tenía predilección por los curas franciscanos y Perón conocía al padre Errecart, a quien había ayudado con fondos para reparar el templo. Pero el dato, mantenido en secreto, se filtró y una multitud esperaba en la puerta. “Yo así no me caso”, se plantó él. Se reprogramó para el lunes 10 de diciembre a las 20:25, oficiada por Fray Francisco Sciammarella.

 

Cuando María Cecilia Yurbel Peña regresó de Mendoza, ya no pudo entrar al departamento de Posadas. “La fleté”, le avisó a Perón. Volvió a su provincia natal donde se casó y formó una familia. Para entonces, otra era la dueña del corazón de Juan Domingo.

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