"Hace apenas unos días, dos personas murieron por el frío, una en Ciudad de Mendoza y otra en San Martín. No es otro país, no es otra provincia, pasó aquí, en nuestras calles. Y aunque cueste asumirlo, estas muertes hablan de nosotros, de nuestras prioridades, ausencias y de lo que no queremos ver", señaló el Presidente del bloque del PJ.

En ese sentido, hizo mención a una situación tristísima hecha publica el fin de semana por la Arquidiócesis de Mendoza: "Las campañas y colectas de frazadas y abrigos se vuelven infructuosas cuando camiones recolectores de la basura cargan las colchas y abrigos con los que nuestros hermanos pasan la noche". La imagen del abrigo arrojado junto a los residuos sintetiza, sin necesidad de más palabras, la profundidad de la exclusión.

Añadió Germán Gómez, que el proyecto de resolución propone escuchar no desde la comodidad de los diagnósticos fríos o estadísticas, sino con humildad "a quienes caminan las calles todos los días, conocen los nombres propios detrás de cada historia, y a quienes muchas veces llegan antes que el Estado y se quedan después que todos se van".

"No fueron accidentes ni casos aislados, se trató de muertes evitables. Muertes que interpelan a toda la sociedad y, especialmente, al Estado. Desde hace años la Iglesia Católica mendocina vienen advirtiendo sobre la situación crítica que atraviesan quienes no tienen un techo bajo el cual dormir. Personas que sobreviven cada noche en la intemperie con apenas una frazada o un cartón. Hombres y mujeres con nombres, historias, afectos, excluidos de las prioridades más básicas de nuestras políticas públicas", sentenció.

En plena ola de frío y con temperaturas para nada alentadoras, el legislador aseguró que "Mendoza no cuenta con un plan invernal integral y visible para asistir a las personas en estado de calle para evitar que mueran por frío. No se conoce públicamente qué recursos destina el Gobierno Provincial, qué refugios están en funcionamiento o cuántos ciudadanos viven así. Cuando falta esa información, lo que hay es improvisación".

Reforzando la idea que no se pueden naturalizar estas muertes, propuso actuar "sin demoras ni operativos parciales, convocando a quienes tienen experiencia en el territorio, escuchando a las parroquias, a los merenderos y a los grupos religiosos, que hoy hacen lo que el Estado debería hacer". 

"Es necesario construir entre todos un Plan Invernal de Emergencia que llegue a tiempo, que salve vidas y dignifique a los olvidados. No hay excusas que valgan cuando el costo de la inacción es una vida humana. No hay prioridad más urgente que la de evitar otra muerte por frío", concluyó diciendo.