Jueves 23 de Enero de 2025

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INTERNACIONALES

Foro de Davos

Que pena ser vergüenza mundial...

El presidente Javier Milei habló por segunda vez ante los asistentes al Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza, donde volvió a lanzar fuertes críticas a ya más de un año de haber llegado a la Casa Rosada. Tras asegurar que “la Argentina se convirtió en un ejemplo” para todo el mundo por las políticas que implementó durante su mandato, el líder de La Libertad Avanza (LLA) apuntó con dureza contra la ideología woke, que engloba a personas que militan para terminar con la desigualdad, a favor de la justicia social y de la agenda LGTBIQ+. Por su parte, desde sectores conservadores consideran que la “cultura woke” impone un adoctrinamiento sobre la sociedad que atenta contra las formas democráticas y contra la libre expresión.

La mitad de los asistentes se fue antes de que hable el trastornado presidente argentino.
Nadie lo aplaudió cuando terminó su discurso pedorro. El mundo civilizado no entiende como un pueblo puede elegir a un demente. Nosotros si lo entendemos. 

Ante una sala tan presa del estupor —más vacía que el año pasado—, el presidente argentino denunció durante media hora, en tono monocorde pero con virulencia inusual, a la totalidad del mundo occidental tal como fue organizado “en algún momento del siglo pasado”.

A su juicio, todos son culpables. Todos han obrado en beneficio de sus propios intereses: los gobiernos, en particular los europeos; los organismos multilaterales; los foros internacionales, especialmente el de Davos, uno de sus blancos predilectos desde hace dos años; las universidades, los intelectuales, los sindicatos, los bancos, la mayoría de los medios de comunicación.
Destacó que los únicos capaces de salvar al mundo son sus actuales aliados: “Mi querido amigo Elon Musk, Donald Trump, la primera ministra Georgia Meloni, Viktor Orban o el presidente salvadoreño Nayib Bukele”. Todos símbolos de creatividad y coraje, a su juicio.

Cuando Javier Milei terminó su discurso de odio, el público parecía pasmado, aplastado por tanta violencia. Como sucedió el año pasado, los aplausos fueron escasos. La sala estaba -también como en 2024- llena en la primera mitad y completamente vacía en la mitad posterior, separada por una cinta divisoria del estilo de las que se usan en los aeropuertos.

Casi imposible fue encontrar alguna opinión positiva entre los asistentes extranjeros, sobre todo porque, en lugar de ocuparse de sus éxitos económicos, la intervención de Milei estuvo destinada a denunciar la civilización occidental. (La Nación)

Solo lo que dice Milei vale. Solo lo que Milei cree es bueno. Solo lo que su loca cabeza elucubra es real. Todo lo demás es una mier.. y todos los que no están de acuerdo con el son zurdos. 

Por CiberPeriodismo

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