Los procedimientos se multiplicaron en el país tras la pandemia.
¿Cuál es la finalidad de una red social? Se puede decir que el objetivo principal de estas plataformas, de una u otra manera, es conectar a las personas sin importar la distancia. Sin embargo, la forma en que sean usadas o el impacto que puedan generar en cada individuo dependerá de diversos factores.
Y es que para muchos aplicaciones como Instagram, Facebook, TikTok o Snapchat empeoran la relación que existe entre los adolescentes con su cuerpo, pues ahora buscan la “perfección” y la construcción de una imagen que puedan mostrar en las redes.
No es extraño ver, por ejemplo, a un grupo de jóvenes tomándose decenas de fotos para publicarlas en Instagram e insistir hasta conseguir la mejor. Incluso, hay quienes utilizan otras herramientas para editar estas fotografías, en las que se pueden mejorar el maquillaje, quitar ojeras, agrandarse los labios y hasta reducir la papada y la nariz.
Las causas de esta moda son variadas, pero en gran parte se debe al invento de los famosos filtros, los cuales se ajustan a estrechos estándares de belleza. Lo peor es que lo que comenzó como una idea creativa para divertirse, terminó siendo perjudicial para la autoestima de los jóvenes.
Todo esto empeoró tras el coronavirus y la cuarentena. De hecho, en el 2021, la Sociedad Argentina de Pediatría alertó sobre el aumento de casos de anorexia o bulimia nerviosa en una de cada tres adolescentes. En esa misma línea, estudios señalan que durante el aislamiento subieron considerablemente no sólo los trastornos alimenticios, sino también las consultas por tratamientos estéticos.
En este contexto, algo llamativo es que algunos médicos coinciden en que hay jóvenes durante las consultas llevan fotos de ellas mismas con un filtro; mientras otras le presentan imágenes de influencers o youtubers donde resaltan algunos de los atributos físicos que quieren lucir.
La Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos, en su informe Inaugural de Tendencias y Perspectivas de APS: Cirugía Estética 2022, mostró, además, que las mujeres de entre 31 y 45 años eran las más propensas a solicitar estos procedimientos. En este grupo etáreo, las consecuencias están más vinculadas a sentirse renovado o lucir más joven después del envejecimiento por el estrés pandémico.
Al igual que en otros países, Argentina no ha sido la excepción, ya que los procedimientos invasivos también se han multiplicado en los últimos años, especialmente la cirugía mamaria de aumento, reducción y levantamiento, rinoplastia, abdominoplastia, lipoláser y lipoaspiración HD con marcación de abdominales.
Asimismo, hay quienes apuestan por la cirugías en pómulos, párpados y papada, los famosos rellenos faciales con ácido hialurónico y toxina botulínica e implantes capilares. Cabe destacar que pese a la crisis económica que vive el país, hay personas que igual gastan sus ahorros en hacerse estos retoques, hasta hay quienes llegan a pedir préstamos personales.
En este sentido, varios centros estéticos ofrecen la opción de cotizar las cirugías plásticas y así obtener un presupuesto online. El precio varía y en general oscilan entre los 700 y 1500 dólares, depende del lugar y el tratamiento.
Es importante señalar que si bien las prepagas tienen la obligación de brindar un mínimo de prestaciones, incluidas en el Programa Médico Obligatorio de Emergencia, cada una de las empresas podrán determinar si cubre o no cirugías estéticas en base a los planes de salud que ofrezcan.
Las únicas excepciones para solicitar la cobertura de estas operaciones se dan cuando son reconstructivas o necesarias para la vida del paciente. Tal es el caso de las cirugías de nariz por problemas respiratorios o los implantes mamarios luego de una mastectomía.
Riesgos y consideraciones a tener en cuenta
En los últimos años, Argentina empezó a estar en el top ten de los países del mundo donde más se realizan cirugías estéticas. En la última Encuesta Internacional sobre Procedimientos Estéticos/Cosméticos, llevada a cabo por la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética, en el 2020 quedó en el séptimo lugar.
No obstante, esta situación no siempre fue así, pues en el 2016 el país se encontraba en el puesto 16 del ranking mundial. Según especialistas, este radical cambio se debe, en parte, a factores como el crecimiento de la población y su expectativa de vida, el constante uso de las redes sociales y la creciente idealización de una apariencia más juvenil. Aunque una de las razones que también influye es que los costos son más bajos por la devaluación del peso.
Cabe destacar que, de acuerdo a la investigación, Argentina está por debajo de países como Colombia -puesto 13- nación de Latinoamérica que ha sido reconocida por ser una de las preferidas para realizarse este tipo de intervenciones, tanto por su propia población, como por extranjeros. Sin embargo, los primeros lugares continúan liderados por Estados Unidos, Brasil y Alemania.
Más allá de lo que pueda pensar alguien sobre este tipo de tratamientos, al final es una decisión totalmente personal y respetable. Aunque siempre es aconsejable hacerlo de la manera más segura e informada posible y no dejarse llevar por una publicidad o promoción de personas sin título profesional.
A partir de esto, los expertos recomiendan primero consultar si el médico elegido es miembro de alguna sociedad científica acreditada, así como estar avalada por el Ministerio de Salud de la Nación y contar con las habilitaciones municipales correspondientes, lo que se puede comprobar en los sitios webs de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora y de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires.
Además, quienes deseen colocarse un implante mamario o algún relleno deben verificar que estos sean de las marcas que se encuentran autorizadas. Finalmente, la intervención se debe realizar en un sanatorio que cuente con internación y terapia intensiva, por si hubiera alguna complicación, pero no es necesario en caso de cirugía menor.
Si el paciente es menor de edad, se aconseja al médico dialogar con él y asegurarse de que sea una decisión propia, debido a que hay casos en que se operan a niños, niñas o adolescentes a causa de una frustración pasada de los padres o un deseo de perfección impuesto.
Aunque no haya una respuesta correcta de por qué una persona debe hacerse o no una cirugía estética, lo que sí es importante considerar es que no sea solo para estar dentro de los llamados “estándares de belleza”, para lucir igual a un filtro de Instagram o Snapchat o para buscar resolver un problema de autoestima, ya que a veces muchas de estas situaciones tienen más que ver con algo interno, que externo.