OPINIÓN
Manes: el exorcista

Manes le muestra la Biblia, como queriendo protegerse del mal. Como el sacerdote de "El Exorcista" queriendo sacarle el diablo de adentro a Linda Blair. Pero no hay nada que "lo posea" a Javier. Él es el enviado del maligno sobre la faz de la tierra.
No hay nada que sacarle de adentro. No hay que exorcizarlo. Se nota claramente en sus ojos que no tiene alma.
Que no tiene amor, que no tiene afecto; que no siente nada, por nadie. Ancianos, pobres, enfermos, personas con discapacidad, niños con cáncer. Nada lo conmueve, ni le importa. Y no solo los ignora; hace lo posible por perjudicarlos, por afectarlos, por denigrarlos. Por maltratarlos.
Ese ser, maligno, se apoderó del país y de La Democracia. Por eso Facundo levanta La Constitución Nacional, como una Biblia protectora. Como una mano de Dios que advierte. Pero Manes está solo, y eso también es un símbolo. Una lamentable demostración de los pocos que son los tipos rescatables dentro de la política argentina.
Mientras Facundo Manes levanta nuestra Biblia Nacional, el resto está oculto. Ocultos en la oscuridad de sus miedos, de sus negocios y de sus miserias partidarias. Tratando de "no perder" los privilegios que les otorga el pueblo para representarlos. Tratando de que el enviado del maligno no los vea. Todos los otros tienen miedo.
Por José Viñuela #CiberPeriodismo